El mensaje de apertura del informe de gestión tuvo pocos datos, ero muchas referencias políticas. Hizo mucha reivindicación de las gestiones kirchneristas y habló de políticas públicas que para él deben mantenerse más allá de diciembre, gane quien gane.
El jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Agustín Rossi, expuso este miércoles ante la Cámara de Diputados, un lugar que conoce muy bien por haber sido durante muchos años diputado nacional y presidente del bloque Frente para la Victoria durante alrededor de una década. Así lo expresó justamente en el inicio de su exposición, que comenzó a las 11.16.
Dos minutos antes había hecho su aparición, acompañado por el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, y el equipo de la Jefatura de Gabinete. Le dio la bienvenida la presidenta del Cuerpo, Cecilia Moreau, quien resaltó que llegaba a “un lugar que conoce muy bien”, y recordó que “muchos fuimos compañeros de bancada de él y sabemos la voluntad que tiene de dar respuestas”.
Rossi agradeció y dijo ser “de los que reivindican claramente el funcionamiento de los órganos parlamentarios en la Argentina”, atento a que ese sector público “no tiene buena prensa”, como señaló.
En el comienzo, trató de contextualizar “dónde estamos parados en la Argentina y en el mundo”. Y para eso mostró una nota del diario La Nación publicada el fin de semana, de su corresponsal en Estados Unidos. El autor, Rafael Mathus Ruiz, hablaba allí de tres crisis que se viven hoy en Estados Unidos: la guerra, la pandemia y la crisis financiera producto de la caída de uno de los bancos más importantes. El dijo entonces que si se trasladase esa interpretación a nuestro país, hablaríamos de “cuatro crisis que conviven”, e hizo alusión a “la pandemia, la guerra, la crisis de la sequía y la crisis que genera el endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional”.
Con todo, sostuvo que a su criterio nuestro país “hoy tiene elementos positivos de los cuales puede enorgullecerse y generar energía para mirar con optimismo el futuro”.
Con una bancada de Juntos por el Cambio completa solo por la mitad delante suyo, el jefe de Gabinete hizo un racconto de datos y políticas públicas que a su criterio “se tienen que mantener a partir de diciembre, independientemente de quién ostente el Gobierno”. Comenzó por la inversión extranjera directa en la Argentina, que situó en alrededor de 15 mil millones de dólares el año pasado, lo cual “supera el máximo entre 2015 y 2019, que fue de 11 mil millones”. Y así deslizó su primera crítica: “Esta idea de que cuando gobernamos los peronistas/populistas no vienen inversiones directas a la Argentina, es una idea que habría que desestimarla o dejarla fuera de la caja de herramientas que tienen algunos dirigentes opositores cuando nos atacan. Porque la inversión suele ser superior que con otros gobiernos de otro signo”.
Agustín Rossi sostuvo que “también accionó positivamente en el crecimiento económico del año pasado, que fue por segundo año consecutivo del 5,4%, y generó uno de los datos más positivos: la baja permanente de la caída de la desocupación en la Argentina, al 6,3%”.
Eso, dijo, merece algunas reflexiones. “Primero, no se da producto del desaliento en la búsqueda de empleo –aclaró-. Los niveles de empleo siguen siendo muy altos; y segundo, cuando se mete adentro de ese 6,3%, surgen algunos datos que quiero compartir. Hay mayores niveles de ocupación en el interior que en el centro del país. En el noroeste argentino hay menores niveles de desocupación, llega al 3,9%. En La Pampa húmeda, se elevan al 7%. Eso es lo que da ese promedio”.
Así, habló del “macrocefalismo” que tiene la Argentina y que generó el proceso de migración interna histórico del interior al Gran Buenos Aires, en búsqueda de oportunidades y expectativas de crecimiento, frente a lo cual afirmó que “hoy es más fácil encontrar empleo en las provincias del interior que en el conurbano. Es un dato positivo en el desarrollo de la Argentina”.
Justificó eso en actividades como la minería y la explotación hidrocarburífera. “Y seguramente iría mucho mejor si le incorporamos valor agregado en origen a esas actividades extractivas”, especificó.
Hizo hincapié también en la actividad de la construcción, que marcó como otro indicador importante de la baja de desempleo en nuestro país. “Es una de las actividades económicas que más potencian la generación de empleo en cualquier escenario. El Estado ha tenido un rol importantísimo en eso”, dijo, en materia de obras públicas y vivienda.
Habló de 5.000 obras públicas en la Argentina, 3.200 finalizadas, el resto en ejecución. Y en materia de viviendas, anticipó que el presidente entregará en los próximos días la vivienda número 100 mil. “Nadie dice que eso vaya a resolver el problema habitacional del país –aclaró-, pero el camino es ese. Nunca el Estado se debe alejar de la construcción de viviendas”.
Sobre todo porque, dijo, la construcción de vivienda “es la que más impacta en la generación de empleo directo, mucho más que por ejemplo la construcción de rutas”.
El jefe de Gabinete habló de otras políticas públicas “destinadas a la mirada integral de la Argentina”. Y citó el caso puntual de la inversión en ciencia y tecnología. “Históricamente estaba concentrada en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires. Nosotros hemos diversificado en los distintos polos científicos y tecnológicos que hay en el país. Eso incentiva a los científicos a quedarse en sus lugares de origen. Los polos en Argentina se hacen alrededor de cada uno de los sistemas universitarios que tenemos, sobre eso también hay que tener una pequeña reflexión”.
Rossi sostuvo que “estamos invirtiendo alrededor de 50 mil millones este año. Eso se había discontinuado entre 2015 y 2019, nosotros volvimos a invertir en esa infraestructura universitaria y eso se derrama”. Aseguró que “el sistema universitario público es un motivo de orgullo: somos de los pocos países en donde un chico, desde el jardín hasta el título de grado, puede transitar sin poner un peso, y eso lo construyó la Argentina de generación en generación”. Esa expresión mereció el primer aplauso del recinto hacia el jefe de Gabinete.
Marcó tres hitos en materia universitaria. A su criterio, el primero es la reforma universitaria en el 18, que le dio autonomía a las universidades; el segundo, en 1949, la finalización del arancelamiento universitario dispuesto por Perón. Y tercero, la creación de universidades de cercanía.
A propósito de la referencia al sistema universidades, concluyó ese pasaje con un pedido a la Cámara baja para que “el consenso y el diálogo” permitan tratar los proyectos de nuevas universidades.
Las islas Malvinas
A continuación, pasó al tema Malvinas y destacó que en los últimos días el canciller notificó a su par británico el desconocimiento del pacto Foradori-Duncan, que calificó de “ignominioso”, y fue más allá al asegurar que “nunca debería haber existido en la Argentina”.
Al respecto, y tras hacer un reconocimiento para los exsoldados, sus familias y los caídos en Malvinas, Rossi sostuvo que mientras “para nosotros terminó la guerra, para Gran Bretaña no terminó, sino no hubiesen establecido esa base militar que tienen allí, donde hay tantos soldados como habitantes tienen las islas”.
Resaltó que todos los años se ven cómo el Reino Unido aumenta su capacidad militar en ese lugar. “Quiero decirlo claramente: Malvinas para Gran Bretaña es mucho más que los recursos naturales e hidrocarburíferos; es una cuestión geopolítica”, afirmó refiriéndose puntualmente a un supuesto interés británico en cercanías del Estrecho de Magallanes y la Antártida, como así también en un interés por “patrullar libremente el océano Atlántico sin ningún tipo de impedimento”.
“Creer que con un acuerdo de buena voluntad se pueden acercar posiciones es políticamente iluso. En política internacional no se puede desconocer la realidad”, dijo y sugirió “hacer lo que hicimos primero con Néstor Kirchner, reclamar en cada uno de los foros internacionales nuestros derechos sobre las islas, con energía y decisión”.
Las empresas públicas
Más adelante en su discurso inicial de 66 minutos, el jefe de Gabinete fijó su posición respecto del as empresas estatales. “Somos defensores de las empresas estatales en la Argentina. Muchas brindan más y mejor calidad de servicio que cuando están en manos privadas”, aseguró. Puso como ejemplo YPF y habló de las “ganancias” de la petrolera, advirtiendo que “seguramente no estaríamos hablando de Vaca Muerta como hablamos hoy, si no hubiésemos recuperado una empresa pública como YPF en manos del Estado”. Reivindicó de esa empresa que “demuestra ser eficiente, estar bien administrada y cumplir claramente con los objetivos de lograr el autoabastecimiento en la Argentina y tener posibilidades de exportación”.
Luego se refirió a Aerolíneas Argentinas, que –dijo-, “para algunos es un avión que vuela”. Para él, “es un poquito más, es una empresa reconocida en el mundo. Tiene una cantidad de aviones que son propios de Aerolíneas Argentinas, ha abierto su capacidad de negocios, comercial, fundamentalmente a los transportes de carga. Ha reducido este último año casi en 60% los subsidios que tenían por parte del Estado”.
Para Rossi, “no hay que discutir si es un colectivo que vuela, sino si quieren o no tener aerolínea de bandera y qué proponen”. La alternativa es, advirtió, la política de “Cielos Abiertos” y “que venga cualquier empresa, que van a elegir qué destinos van a hacer y qué rutas”. Adelantó que si eso sucede, esas empresas se concentrarán en Córdoba, Iguazú, Calafate, quizá Mendoza, y el resto va a estar desconectado, producto de que son rentables.
“Va a haber distintos tipos de empresas que van a hacer solo los destinos rentables, y vendrán gobernadores que se quejarán de que no van a sus provincias, a los que los empresarios le dirán: ‘Yo voy, pero me tenés que subsidiar’”. En conclusión, según Rossi, “el subsidio será para los privados que son amigos de ellos, eso es lo que están proponiendo”.
La política de derechos humanos
El discurso de Rossi ya había mutado para ese momento a un nivel estrictamente político, cuando recordó que la semana pasada se cumplió un nuevo Día de la Memoria, y reivindicó la política de derechos humanos del kirchnerismo.
Comentó el jefe de Gabinete que la semana pasada se reunió con el expresidente español José Rodríguez Zapatero, quien le contó que le reconoce a nuestro país tres cosas: la literatura, por Borges; el fútbol, por Messi y Maradona; y la política de derechos humaos. “Es un orgullo para todos los argentinos”, afirmó, reconociendo el valor del juicio a las juntas que impulsó en su momento el presidente Raúl Alfonsín. “Ninguna de las transiciones democráticas en América Latina tuvieron la contundencia de la nuestra”, remarcó, expresando el “reconocimiento enorme al presidente Alfonsín y todo lo que hizo en esos años. Después no vinieron muchas decisiones que valgan la pena reivindicar, obediencia debida, punto final, indultos… Pero a partir del 25 de mayo de 2003, con el Gobierno de Néstor Kirchner, la política de derechos humanos tuvo un impulso enorme y vertiginoso”.
Rossi reivindicó a los diputados que en su momento planteaban la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, y valoró lo que consideró tres hitos que a su juicio “todos deberíamos reconocer”. Cito, en 2004, cuando Néstor Kirchner visitó la ESMA y estableció allí el Museo de la Memoria; 2005, cuando ese mismo presidente ordenó bajar en la galería del Colegio Militar los retratos de los dictadores; y 2006, cuando el Congreso consagró el 24 de marzo Día de la Memoria, feriado no trasladable.
“Los derechos humanos no son un curro, en todo caso es lo que no quieren reconocer los 30 mil detenidos-desaparecidos, porque no se animan a condenar el golpe de Estado del 76”, se quejó. “Reivindicamos fuertemente nuestra política de derechos humanos, es un orgullo para todos nosotros y entendemos que es una política que se tiene que seguir llevando adelante en la Argentina”.
Los 40 años de democracia
Se refirió luego a los 40 años de democracia y reflexionó que “en estos años Alfonsín tuvo un rol determinante en la fundación de la de la democracia moderna. Claramente le faltan cosas; nosotros reivindicamos los derechos humanos, la vigencia del sentido democrático más amplio que significa poder elegir y ser elegidos”.
A continuación, se refirió a un hecho que “no debe pasar desapercibido”, en referencia al atentado fallido contra la vicepresidenta. Consideró al respecto que marcó la vuelta de la violencia política en la Argentina. “El intento de magnicidio es un acto de violencia política que hubiese merecido una respuesta más contundente de la totalidad de la dirigencia política”, sostuvo, generando la reacción airada de la oposición.
Entre ellos el diputado Hernán Lombardi, al que Rossi replicó puntualmente: “Hernán, todavía estamos esperando la condena de la presidenta de tu partido”, en referencia a Patricia Bullrich.
“No miento”, dijo una y otra vez ante los gritos, y continuó: “Quizá la página más dramática de estos años fue el intento carapintada de golpe, en Semana Santa del 87. El peronismo entonces estuvo al lado del presidente Alfonsín, en una actitud inequívoca, sin peros ni dobleces. Antonio Cafiero acompañó al presidente Alfonsín en la condena de esos hechos, y eso significó que las posteriores asonadas tuviesen siempre menor volumen”.
Por eso, consideró que en el intento de magnicidio “la respuesta debería haber sido más contundente”. Advirtió sobre los “cimientos de una ultraderecha violenta extremista. Eso existe, en la Argentina también esto sucede. Lo que sucedió con Cristina no es producto de la casualidad, si uno se queda solo con eso, se equivoca. Para que haya existido alguien que le haya puesto el revólver en la cabeza, existió una campaña de discursos del odio”.
A continuación, Rossi afirmó que “en 2008, con el conflicto agropecuario, empezó la violencia política en Argentina. Esa fue la primera vez que yo vi un cartel que decía ‘yegua’ refiriéndose a Cristina”.
Para el jefe de Gabinete, “los discursos del odio reconocen previamente una acción sistemática del sistema de medios de comunicación, deslegitimando, estigmatizando determinadas políticas, determinados espacios políticos y determinados dirigentes políticos en la Argentina”. Y mostrando la gigantografía de una nota, expresó: “Esto que salió en Clarín es un acto criminal”. La nota estaba titulada “La bala que no salió y el fallo que sí saldrá”.
“La verdad que para completar el escenario en la Argentina habría que decir que este sistema de medios de comunicación en la Argentina. El intento de magnicidio a Cristina tiene que ver con los discursos del odio, la estigmatización de los medios de comunicación y con la existencia de un partido judicial en la Argentina que utiliza el lawfare como práctica política en nuestro país. Y no voy a extenderme mucho más porque basta con la foto de Lago Escondido, donde están todos juntitos, pusieron las manos, dejaron las huellas digitales”, dijo, y cerró insistiendo: “La democracia argentina tiene que condenar más contundentemente ese intento de magnicidio”.
Sobre el final, empalmó los 40 años de democracia con los 20 que se cumplirán el 25 de mayo de la asunción de Néstor Kirchner. Y comparó “el rol fundacional que tuvo Raúl Alfonsín” con la resignificación de la democracia que le atribuye a Néstor Kirchner.
“Néstor empezó a escribir otra historia. Acercó a la política a la gente, le devolvió a la institución presidencial un rol que había perdido; tomó decisiones políticas que emparentaban con el conjunto de la sociedad”.
Habló de elementos que emparentan a Alfonsín con Kirchner, como el hecho de haber sumado jóvenes a la política, y también la lucha contra las corporaciones. En esl caso de Alfonsín, contra la corporación militar, contra la Iglesia y la Sociedad Rural. “Néstor siguió el mismo camino”, enfatizó y cerró afirmando que “la contradicción principal en la política argentina no es ‘oficialismo vs oposición’, sino ‘democracia vs corporaciones’. La política piensa por el interés general; las corporaciones en satisfacer su interés sectorial”.
Rossi cerró su discurso político con esta frase: “Tengo 63 años, cumplo 64 pronto; a veces me resulta imposible pensar que Néstor se fue con 60, cuando todavía tenía mucho para darle a la Argentina, al peronismo y a su familia”.
Rossi reprochó a la oposición no haber sido “más contundente” con el ataque a Cristina
