OBERÁ. «En los últimos 80 años, queridos vecinos de Oberá, la inflación promedio ha sido del 62,6 %, es una locura, es una enfermedad de la cual se han curado el 99 % de los países del mundo, entonces cómo no lo vamos a hacer, hay que llegar a un acuerdo sobre eso», afirmó el presidente de la Nación, Mauricio Macri en una entrevista a Radio Show Oberá, en el marco de su visita a la provincia bajo el lema de campaña, «Sí, se puede» y para visitar obras de agua potable en Posadas.
Aseguró que logrando un gran acuerdo con el resto de los dirigentes (en caso de ser reelecto), Argentina se volvería un país normal, donde se pueda sacar un crédito para un emprendimientos o una vivienda a 30 años.
Reflexionó «lo peor es convivir con esta inflación” e hizo una autocrítica: “yo asumo, y es mía que dije que iba a ser fácil resolver la inflación y por más que en un momento la bajamos (la pobreza) al nivel más bajo de los últimos 20 años, después volvimos al mismo lugar porque no logramos un acuerdo de fondo para decir, éste es el presupuesto, con esto nos manejamos y no mentimos más, y se gasta lo que hay, y se baja los impuestos a la gente”, señaló en referencia al déficit fiscal.
Macri, en su alocución radial dijo «me metí en política porque creo en lo que somos capaces los argentinos, amo este país».
Algunos economistas sostienen que debe dolarizarse la moneda, es decir, eliminar el peso porque el argentino luego de tantos años de crisis, inflación y especulación, no confía en su moneda y se resguarda en el dólar recurrentemente.
Para la quita del cepo al dólar en diciembre de 2015, el gobierno subió la tasa al 35% a fin de hacer más tentador crear plazos fijos y las letras de tesoro (Lebac, Letes, Leliq) que adquirir moneda extranjera, y así evitar corridas cambiarias que impactaran en la inflación. Pero la tasa desde entonces no bajó y por el contrario, fue elevándose hasta llegar al 85 % (en el caso de las Lebac), encareciendo el acceso a créditos (altos intereses), quitando dinero de la calle hacia los bancos (secando la plaza de liquides), generando caída en la actividad, recesión y desempleo.
¿Cómo funciona?. Un ahorrista en lugar de comprar dólares para atesorar haciendo que suba el precio, pone su dinero en plazo fijo a un tasa actual del 55%. El banco privado con ese dinero compra Lebac en el Banco Central con un interés del 71 % (tasa de referencia al día 8/10) y logra así un rendimiento del 16%. El Central debe cubrir esos intereses con reservas, en parte prestadas por el Fondo Monetario Internacional, que luego el Estado debe devolver con intereses. A su vez, los créditos que otorgan bancos y las tarjetas de créditos se rigen por hasta el doble de la tasa de referencia, haciendo que sean onerosos los préstamos en Argentinas y las compras en cuotas, pero sobre todo perjudicando a las Pymes que sufren intereses usurarios en la toma de créditos para el sistema productivo.
Pese la tasa elevada desde 2016 y la venta de dólares de reserva del Banco Central, la moneda extrajera subió su valor y la inflación interanual se duplicó en estos años. Hasta ahora, tanto Macri como el candidato más votado en las PASO, Alberto Fernandez, no dicen cómo van a hacer para bajar la tasa y reactivar la economía, sin que haya una corrida hacia el dólar que derive en una hiperinflación. A eso se suma que cada día se erogan más reservas «intocables» con la venta de dólares y cada semana vencen letras del tesoro cuyos intereses se pagan también con reservas «intocables».
Además, cada medida populista anunciada por el gobierno como aumentos en las AUH, en los diversos planes sociales (de los que viven muchas de las organizaciones que cortan rutas y calles a diario), baja en el mínimo de ganancias o la quita del IVA, entre otras, impacta en las arcas del estado, ergo en el déficit fiscal que no llegó a cero como era la meta del macrismo (porque se deben incluir los intereses de deuda), y a partir de 2020 se deben pagar compromisos que para ser cumplidos, requiere no solo dejar de tener déficit sino pasar a superavit fiscal.
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