«No podemos permitir que el dolor quede en el olvido… Este puente necesita condiciones seguras”

A dos meses del trágico accidente ocurrido en el puente Yaza, la comunidad de Campo Viera volvió a reunirse para rendir homenaje a las víctimas y exigir medidas concretas que garanticen la seguridad vial en la zona. La caminata, convocada por el padre Fabián de la parroquia San José Obrero, partió desde el templo y avanzó hasta el lugar donde aquella madrugada del 26 de octubre de 2025 se apagaron nueve vidas.

La movilización estuvo marcada por el silencio, las velas encendidas y el profundo dolor que aún atraviesa a familiares, amigos y vecinos. Jóvenes estudiantes y trabajadores que perdieron la vida en el siniestro fueron recordados en cada paso, en cada oración y en cada gesto de memoria colectiva. Sus ausencias siguen doliendo, pero sus recuerdos permanecen vivos en el corazón de todo el pueblo.

El accidente ocurrió cuando un automóvil Ford Focus, conducido por Rafael Gonzalo Ortiz Jordán, cruzó de carril e impactó de frente contra un colectivo de la empresa Sol del Norte, provocando que el ómnibus cayera al vacío desde el puente. Las pericias confirmaron que el conductor del vehículo menor se encontraba alcoholizado, con 3,4 gramos de alcohol por litro de sangre, un nivel muy por encima de lo permitido. El saldo fue devastador: nueve personas fallecidas y 29 heridas.

Durante el acto en el puente Yaza, los vecinos colocaron una cruz como símbolo de respeto, amor eterno y memoria. Allí también elevaron un fuerte pedido a las autoridades provinciales y municipales para que se concrete la iluminación y señalización adecuada del lugar, un reclamo que, según recordaron, ya había sido realizado en reiteradas oportunidades antes de la tragedia sin obtener respuesta.



El padre Fabián, quien encabezó la convocatoria, volvió a insistir en la necesidad de que la voz de la comunidad sea escuchada: “No podemos permitir que el dolor quede en el olvido. Este puente necesita condiciones seguras para que ninguna otra familia vuelva a pasar por lo que hoy vivimos”.

Los Bomberos Voluntarios de Campo Viera, que trabajaron intensamente durante la emergencia aquella madrugada, acompañaron la caminata con profundo respeto. “Fuimos testigos del dolor y de la desesperación de esas horas. Hoy reafirmamos nuestro compromiso con la vida y la seguridad. Honramos a las víctimas y abrazamos a sus familias”, expresaron en un mensaje cargado de emoción.

La marcha no solo fue un acto de recuerdo, sino también un llamado urgente a la acción. La comunidad sigue buscando respuestas y justicia, convencida de que la memoria debe transformarse en prevención. Cada vela encendida simbolizó una vida, pero también la esperanza de que este doloroso episodio marque un antes y un después en materia de seguridad vial en la región.
Fuente Radio Up