Así lo aseguran desde el sindicato maderero. Señalan que «el freno de la obra pública a nivel nacional» ha generado una fuerte caída en la actividad forestal misionera, principal recurso económico de la provincia y que hoy opera a la mitad de sus capacidad.
El secretario general del Sindicato de Obreros de la Industria Maderera de Eldorado (SOIME), Domingo Paiva, sostuvo que la industria funciona actualmente “al 50 o 60% de lo potencial que tiene”, a causa de la paralización de la obra pública y la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.
En diálogo con Eldópolis Radio, Paiva señaló que la crisis no afecta únicamente a los trabajadores, sino también a las propias empresas del sector. “No decimos solamente nosotros los trabajadores, que dependemos del salario, sino los mismos empresarios y las cámaras empresarias de la provincia vienen manifestando la problemática”, expresó.
Uno de los factores centrales de la caída de la actividad, según indicó, es el freno de la obra pública a nivel nacional. “La obra pública consumía prácticamente un 70% de la producción de la industria forestal de Misiones”, remarcó, al tiempo que advirtió que la situación se fue agravando en los últimos meses.
El dirigente sindical también manifestó preocupación por la falta de previsibilidad hacia el futuro. “Hasta hoy no hay ninguna medida que diga a partir de tal fecha esto va a funcionar o va a ser así”, sostuvo, y agregó que la incertidumbre es uno de los principales problemas que atraviesan trabajadores y empresarios.
En relación al impacto social, Paiva advirtió que incluso trabajando jornada completa, los ingresos ya no alcanzan. “Estamos prácticamente un 30% abajo del poder adquisitivo”, afirmó, y alertó sobre la posibilidad de que se profundicen reducciones de jornada y salarios en distintos sectores.
Finalmente, cuestionó el accionar de algunas empresas y reclamó mayor intervención del Estado. “Esto tiene que terminar. No puede ser que un trabajador quede sin destino mientras la empresa está intacta”, expresó, y pidió que se dicten normas para evitar abusos laborales. “Siempre los perjudicados son los trabajadores y sus familias”, concluyó.
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