En un escenario de creciente tensión para el sector productivo misionero, Sergio Delapierre, integrante de la mesa asesora que nuclea a productores de las rutas 12 y 14, mantuvo un encuentro clave con el nuevo presidente del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), Rodrigo Correa. El mensaje de los productores fue claro: la desregulación actual pone en riesgo la paz social de la provincia.
Durante la reunión, Delapierre y otros referentes como Rubén Fischer y Guillermo Novak plantearon la necesidad de que el INYM recupere sus funciones originales. Para el sector, la yerba mate no puede quedar librada al azar del mercado.
«Tenemos un perfil regulacionista. Si a nivel mundial se le pone un precio al petróleo o a los diamantes, ¿por qué no poner una banda de precios para la yerba mate?», cuestionó Delapierre. Según el dirigente, este fue el punto de partida para dejar sentada la posición de los productores ante la nueva gestión de origen libertario.
Uno de los temas fue la reciente actualización del costo de la estampilla de control yerbatero. Aunque la ley permite que este valor represente hasta el 5% del precio en góndola, Delapierre calificó la medida como «inoportuna».
«Nadie entendió que la primera medida de un presidente de origen libertario sea firmar un aumento de la estampilla. Mientras tanto, a los productores nos bajan el precio de la hoja verde y la Nación nos sube la cuota de la Corresponsabilidad Gremial», denunció.
El dirigente explicó que cualquier suba en los costos industriales termina siendo trasladada al eslabón más débil: «Ese aumento es una rebaja encubierta para el productor, porque el industrial lo aplica como costo y lo termina pagando el que entrega la hoja».
Al ser consultado sobre el presupuesto del Instituto, Delapierre fue tajante al compararlo con otros organismos provinciales. «El INYM es 12 veces más barato que el funcionamiento del Ministerio del Agro de Misiones, que para nosotros es totalmente ineficiente», disparó.
Asimismo, descartó las propuestas de algunos sectores de disolver el instituto y repartir los fondos: «Eso es no saber hacer las cuentas. Si dividís el presupuesto por los kilos de yerba, le darías 10 centavos a cada productor. No mueve la aguja. Lo que hay que hacer es mantener la institución y esperar a que vuelva a funcionar como antes».
Hacia el final de la charla, Delapierre lanzó una advertencia sombría sobre el futuro cercano si la economía yerbatera no se recompone. El dirigente señaló que el ingreso de dinero por la yerba en los pueblos misioneros ha caído al 50%, afectando la recaudación de los municipios y el pago de sueldos.
«Se lo dijimos al presidente del INYM: los productores tienen paciencia, pero cuando el bolsillo queda vacío, los productores y los tareferos van a salir a la calle. Si las cosas no se enderezan, en seis meses estaremos en un caos con paros y cortes de ruta», concluyó.
Se espera que en los próximos días se concrete una reunión más amplia en la localidad de Dos de Mayo, donde productores y directores del instituto buscarán retomar un diálogo que, según el propio Delapierre, hoy se encuentra fracturado.
