“El que se humilla para evitar la guerra, tendrá la humillación y también tendrá la guerra”, sentenció un Winston Churchill que no se humilló, fue a la guerra y venció. Es un principio que puede aplicarse a acciones de la vida cotidiana mucho más modestas y menos peligrosas que las vividas por Churchill en los años cuarenta. Por ejemplo, un hecho deportivo. Resulta que una caterva de dirigentes, hinchas, periodistas e influencers llenaron medios audiovisuales y redes sociales de recomendaciones para los que sentían que sus equipos de fútbol habían sido perjudicados por los capangas de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia y Pablo Toviggino. Aconsejaban no decir ni hacer nada que pudiera enojarlos porque la represalia podía ser “peor” (acomodar los tantos para mandarlos al descenso, por ejemplo). Juan Sebastián Verón no se calló la boca y el club que preside, Estudiantes de La Plata, ganó su cuarto título en tres años. El “pincha” de La Plata no tiene humillación. Tiene campeonatos.
En feudos como la Misiones de Rovira uno no para de escuchar consejos de gente que se arrodilló ante el poder y está convencida, o intenta autoconvencerse, de que esa es una postura inteligente. De hecho hay unos cuantos que tienen el cartelito puesto en la frente para que el poder sepa que están en venta, alquiler o permuta. Hablamos de “opositores”, de dueños de medios de comunicación, de periodistas, de sindicalistas, de empresarios y de comerciantes.
Pelear no siempre es la única opción. Y para hacerlo bien hay que tener una estrategia. Tampoco tiene nada de malo tener miedo. Y los matices no deben ser desdeñados. Pero, ¿llegar al punto de humillarse para no rebelarse ante las injusticias padecidas? Como diría Churchill, así vas a tener la humillación y también vas a seguir sufriendo las injusticias.
Fue Maquiavelo el que postuló la actitud contraria. Que suele ser más adoptada, especialmente en la política: “Si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él”.
Pero, de vez en cuando, hay gente que se porta como se portaron los de Estudiantes de La Plata ante la AFA y, en vez de unirse a ellos, tuvieron la prudencia de ser audaces para enfrentarlos y no permitirles la deshonra .
Debe ser por eso que en las vitrinas del Estudiantes de Zubeldía, de Bilardo, de Sabella, y de Verón padre y de Verón hijo, no hay humillaciones.
Hay copas.
-Walter Anestiades
-Fotos: EFE y prensa AFA
