Baja en la edad jubilatoria: VASO MEDIO LLENO, VASO MEDIO VACÍO

El Frente de Trabajadores de la Educación en Lucha emitió un comunicado mostrando su malestar por el decreto del gobernador Hugo Passalacqua sobre la edad jubilatoria para algunos sectores del sistema educativo provincial:


El decreto 1953/25 del Gobierno Provincial reduce en tres años la edad mínima para jubilarse de preceptores, secretarios, bedeles, bibliotecarios, entre otros: para los varones, de 60 a 57; para las mujeres, de 57 a 54.

No era el espíritu de lo discutido en el espacio de la Mesa de Docentes en Lucha, de la que participa el FTEL. Es más, va a contramano de lo que fuera publicado a fines del año pasado en Boletín Oficial por el Gobernador, pero anticipaba algo de esto cuando se invocan razones de «equilibrio financiero». La letra chica terminó confirmando aquella sospecha.

Ahora bien, esto es posible porque persiste esa lógica dual con la que el poder opera. Mientras alguno pusimos reparos, exigiendo la plena equiparación con el régimen docente, los espacios sindicales de la Mesa Intersindical (UDPM y cía.) le dieron el visto bueno, salieron a festejar y le dieron legitimidad al Gobierno, sin siquiera poner en discusión si las razones esgrimidas de «cuidar la caja» son fundadas o no.

Mezcla de tristeza o gracia, cuando algunos dirigentes dicen «si fuera por mí, ya me reúno». ¿Y qué está  haciendo para acelerar el proceso? ¿Qué carácter le dan a la huelga que adhirieron?

Mientras tanto, los sectores en lucha seguimos batallando, enfrentando no sólo ácidas críticas y brutales reprimendas del poder, sino también cómodos reproches de quienes en otros momentos participaron de los procesos de lucha y hoy reniegan de ella. La doble vara a la orden del día en estos tiempos tan desgraciados. Los compañeros que sostienen merecemos, cuanto menos, el respeto. No hemos claudicado, y eso ya es un triunfo. Cuando el rey esté -más todavía- desnudo, ya no quedarán dudas. La necesidad nos va volver a juntar, y ojalá que esta vez tengamos un proyecto de poder para transformar todo lo que debe ser transformado.