Hassan arrasó… con la democracia de la CELO

Una elección fantasma, un padrón dormido y el poder otra vez en manos del rovirismo.

Por Paola Wojtowichz.

Qué fácil es ganar cuando nadie vota. Qué cómodo resulta perpetuarse en el poder cuando los socios ni siquiera se enteran de que hay elecciones. Eso pasó otra vez en la CELO: un 9,5% de participación, menos de tres mil socios de más de treinta mil habilitados, y Pablo Hassan se queda con 237 delegados de 249.
Una “victoria” que huele más a maniobra de control que a legitimidad popular.

Porque no hubo información, no hubo convocatoria, no hubo interés real en que los socios participen. La mayoría se enteró cuando las urnas ya estaban cerradas. Y así, la cooperativa que debería ser de todos, sigue siendo el kiosco político del rovirismo local, manejado entre amigos y acomodados que se reparten cargos, favores y contratos de luz como si fueran premios de campaña.

Mientras tanto, los usuarios pagan las tarifas más altas de la provincia, el servicio sigue siendo deficiente y los mismos que deberían dar la cara se esconden detrás de comunicados y conferencias armadas.
Hassan festeja un triunfo sobre el silencio, sobre la apatía, sobre la desinformación. Porque no ganó en las urnas, ganó en la desidia de los socios que ya no creen en nada.

La Lista Gris, con todos sus errores, al menos intentó dar pelea. Pero la CELO ya tiene dueño: un intendente que usa la cooperativa como caja política, y un sistema electoral que garantiza que nada cambie.
Hablan de democracia cooperativa, pero lo que se vio fue una parodia: urnas vacías, socios ausentes y resultados previsibles.

Y la frase que circula en redes lo resume todo:
👉 “Hassan, la verdad te merecemos.”
Sí, lo merecemos. Porque mientras sigamos callados, mientras sigamos dejando que el poder se reparta entre los mismos de siempre, van a seguir riéndose en nuestra cara, cobrando sueldos obscenos y subiendo la luz a los que apenas llegan a fin de mes.

Oberá sigue dormida.
Y la CELO, cada vez más lejos de ser una cooperativa… y más cerca de ser una sucursal política del rovirismo.