Así lo manifestó un vecino de Oberá. Al mal estado de las calles, se suman los constantes pozos causados por los trabajos de reparación de la CELO debido a roturas de caños de agua.
Los cortes rotativos en el suministro, en el último mes a causa de la rotura del acueducto del Bonito, dejan aire en los caños que, cuando el servicio se restablece, genera roturas por la presión del agua acentuada por la topografía. La gravedad generada por las subidas y bajadas, rompe los caños de fibro cemento colocados durante los años 90 cuando se instaló la red de agua potable en Oberá.
«Es indingnante andar por Oberá, por todos lados calles asfaltadas todas removidas por caños rotos de la CELO, por todos lados. No podés hacer una vereda porque aparece una pérdida y chau, quién te paga el arreglo de esa vereda. Los empedrados que abren tres veces seguidas, tierra, barro. En otras ciudades no tienen ese problema, pero en Oberá no hay calle que no tenga pozos por las pérdidas. Estamos destruyendo lo poco que se hace por material (caños) de cuarta», fustigó.
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